Paquita Morata, con más de 25 años de experiencia en gestión de centros y experta en la implementación de sistemas de calidad, lidera la Asociación Aragonesa para la Dependencia (ARADE) desde hace más de una década. Licenciada en Historia del Arte, Paquita ha dedicado su carrera a fortalecer la atención en el sector de la dependencia. En esta entrevista, nos comparte su perspectiva sobre los retos actuales en la búsqueda y retención de personal cualificado, las estrategias para mejorar el entorno laboral y el impacto de la atención centrada en la persona.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el sector de la dependencia en la actualidad en cuanto a la búsqueda y retención de personal cualificado?
Uno de los principales desafíos de nuestro sector, efectivamente, es lograr atraer a personal que quiera dedicarse a una labor tan importante como es el cuidado a las personas mayores y/o dependientes. Para ello es muy necesario un cambio de visión, una nueva mirada de la Sociedad hacia un sector imprescindible, sobre todo si tenemos en cuenta el envejecimiento y la longevidad de la población española. Debemos poner en valor a la figura del cuidador y realizar un ejercicio de transparencia que facilite que más profesionales quieran trabajar con nosotros. En los últimos años el amarillismo de algunos medios de comunicación no ha ayudado, en ocasiones la excepción vergonzante ha sido mostrada como imagen de todo un sector de cuidados como en el caso de las residencias de mayores. Esta mala imagen no favorece que los profesionales en búsqueda activa de empleo quieran trabajar en el sector o que jóvenes opten por la formación que los cualificará para ser nuestros futuros trabajadores. Por esta razón es tan importante que se nos conozca sin estereotipos y, siendo conscientes de nuestra gran diversidad que a la vez nos enriquece, seamos capaces de abrir nuestras puertas para darnos a conocer con nuestros defectos, pero también con múltiples virtudes que ofrecer.
¿Qué estrategias considera que son efectivas para mejorar las condiciones laborales y atraer a más profesionales del sector?
El sector ha mejorado mucho en los últimos años en ese aspecto. Somos un sector que ofrecemos estabilidad en el empleo, con puestos de trabajo no deslocalizables que asientan población en el ámbito rural. Nuestro sector es un motor de empleo estable y de calidad.
El esfuerzo que se está realizando en los centros a nivel formativo a través del Modelo de Atención Centrado en la Persona, está sirviendo para lograr equipos más fusionados y motivados. Sobre todo, se debe seguir poniendo en valor al personal de atención directa porque no solo cubren las necesidades básicas de la persona a la que cuidan, sino que las acompañan para continuar con su proyecto de vida. En este sentido no es solo importante la ratio de personal, sino también cómo se lleva a cabo la gestión diaria para que los profesionales tengan el tiempo suficiente para poder cuidar de una manera eficaz, pero también más cercana y empática. En definitiva, deberemos ser muy conscientes de que debemos cuidar al cuidador.
En su opinión, ¿cómo afecta el modelo de atención centrada en la persona a la calidad de la atención y a la satisfacción tanto de los trabajadores como de los usuarios?
Estoy convencida de que hay un antes y un después de la implantación de este modelo en los centros. El modelo te exige conocer la historia de vida del usuario, establecer un Plan de Atención y Vida, disponer de un profesional de referencia, eliminar las sujeciones, hacer partícipe a la familia y amigos de sus cuidados, hogarizar los espacios, entre otros muchos aspectos. De manera que ese conocimiento de la persona a la que cuidas desde un profundo respeto a su autonomía, a su dignidad, evitando infantilismo, dándole poder de elección, en definitiva, convirtiéndose en el centro de sus cuidados, revierte en un servicio de mayor calidad y por supuesto en profesionales mucho más involucrados en los cuidados. En el modelo lo importante es el equipo, todos somos imprescindibles para lograr nuestro objetivo común. Ya no nos limitamos a cubrir las necesidades básicas de higiene, alimentación, medicación, etc. vamos mucho más allá logrando que las personas sean mucho más felices porque pueden realizar actividades que son significativas para ellos y se sienten respetados porque siguen teniendo poder de elección. Esto provoca un ambiente laboral mucho más satisfactorio.
Con respecto al reciente récord histórico de más de 43.000 personas dependientes atendidas en Aragón, ¿es un dato que genera satisfacción o considera que aún estamos objetivos lejos del objetivo ideal?
Los datos siempre pueden generar tanta satisfacción o decepción como uno quiera, todo depende de cómo sean interpretados. Por supuesto que es una buena noticia que tantas personas sean atendidas en Aragón, pero los profesionales de Sector no nos conformamos con ver el vaso medio lleno, siempre pensamos en lo que queda de vaso medio vacío, es decir en aquellas personas que todavía están pendientes de ser atendidas o que las prestaciones o servicios que reciben son insuficientes para lograr tener una vida digna. Todavía nos queda muchísimo por avanzar y para ello necesitamos que tanto a nivel nacional como autonómico las partidas presupuestarias destinadas a cumplir con la ley de dependencia se incrementen como mínimo para igualarnos con el resto de Europa. En un país tan envejecido como el nuestro no podemos seguir destinando menos de un 1% del PIB para dependencia mientras que en nuestro entorno lo habitual es un 2-3%, en un país como el nuestro es inaceptable la escasa financiación que se destina para la dependencia de las personas mayores.
¿Cómo se pueden adaptar los programas de formación y capacitación para asegurar que el personal esté preparado para las necesidades cambiantes de las personas dependientes?
Como ya he dicho la formación debe ser uno de los pilares que nos permita realizar un cambio en los cuidados. Para ello se debería adaptar tanto la formación profesional como los certificados de profesionalidad a los nuevos modelos de gestión centrados en la persona. Será imprescindible continuar con modelos formativos duales en los que la práctica sea tan importante como la teoría. Todos nosotros deberemos estar en un continuo reciclaje porque las personas que tengamos que cuidar dentro de un tiempo no tendrán nada que ver con las que cuidamos actualmente, personalmente estoy convencida de que seremos mucho más exigentes y tendremos mucho más claro cuales son nuestros derechos. También deberemos apoyarnos mucho en la tecnología y en la IA porque nos abren posibilidades hasta ahora desconocidas que harán que nuestros futuros profesionales puedan dedicar más tiempo a lo verdaderamente importante, la escucha activa de las personas a las que cuidan.