En junio de 2024, España enfrentó una alarmante realidad: el 58,4% de los desempleados en el país eran mayores de 45 años, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Este dato no solo revela la magnitud del problema para esta franja etaria, sino que también pone en evidencia una crisis que afecta la estabilidad económica del país y el bienestar de una parte significativa de su población activa.
Marcel Jansen, economista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), ha expresado serias preocupaciones sobre la forma en que las políticas actuales abordan el desempleo en los mayores de 45 años. Jansen argumenta que, aunque se han implementado subsidios económicos para este grupo, estos esfuerzos han sido insuficientes para resolver la raíz del problema. En lugar de medidas temporales, Jansen aboga por una transformación profunda en las estrategias de reintegración laboral, que incluya formación profesional adaptada a las demandas actuales del mercado y apoyo personalizado para cada individuo.
Consecuencias del desempleo prolongado
El desempleo prolongado en personas mayores de 45 años tiene implicaciones serias tanto a nivel personal como social. Según Jansen, después de un año en paro, la probabilidad de regresar al mercado laboral se reduce considerablemente, y tras dos años, la probabilidad de encontrar empleo se limita a solo un 25%. Este prolongado desempleo no solo afecta la seguridad financiera de los individuos, sino que también incrementa la presión sobre los sistemas de seguridad social y salud, ya que muchos enfrentan problemas económicos y emocionales graves.
Propuestas para revitalizar la empleabilidad
Jansen es profesor titular en la Universidad Autónoma de Madrid, experto en Macroeconomía y Economía Laboral, colaborador de FEDEA y consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Las diferentes propuestas que Jansen sugiere son:
- El diseño de programas de capacitación continua que se ajusten a las necesidades específicas de los trabajadores mayores. Esto incluiría cursos de actualización en habilidades digitales y técnicas, así como entrenamiento en nuevas metodologías de trabajo. Además, aboga por la creación de alianzas entre empresas, instituciones educativas y organizaciones de empleo para desarrollar programas de reciclaje profesional que respondan a las demandas del mercado.
- La implementación de incentivos fiscales para las empresas que contraten a trabajadores mayores. Estos incentivos podrían ser en forma de reducciones en las contribuciones a la seguridad social o beneficios fiscales, con el objetivo de promover una cultura de inclusión y reconocer el valor de la experiencia laboral de los mayores. Además, se sugiere establecer políticas de igualdad en la contratación para garantizar que los mayores tengan las mismas oportunidades que los jóvenes candidatos.
- Fomentar el empoderamiento a través de programas de mentoría y coaching puede ayudar a los trabajadores mayores a mejorar sus habilidades, aumentar su confianza y adaptarse mejor a un mercado laboral en constante cambio. Estos programas también pueden ofrecer apoyo en la búsqueda de empleo, ayudando a los individuos a destacar sus habilidades y experiencia de manera efectiva.
- Lanzar campañas de sensibilización que resalten las fortalezas y el valor que los trabajadores mayores aportan a las organizaciones.
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Porque además de trabajar para combatir el edadismo, los estudios indican que la experiencia acumulada y la estabilidad emocional de los trabajadores mayores pueden ser activos significativos para las empresas, contribuyendo a un ambiente de trabajo equilibrado y productivo.