Hoy hablamos con Mª José Cid, licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, docente universitaria y presidenta del ISNA en España (Asociación de Estimulación Sensorial Y Snoezelen). Su relación con el mundo de la estimulación multisensorial comenzó hace 20 años. Desde entonces, lleva colaborando con FTF bastantes años como experta de referencia en Intervención Multisensorial y Snoezelen.
Actualmente, es responsable de certificar y homologar a los profesionales que realizan la Capacitación como Terapeutas Snoezelen. También, desde 2010, es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Internacional Snoezelen (www.isna-mse.org), que le habilita para impartir la formación a profesionales en Intervención Multisensorial y Snoezelen.
Durante los dos últimos años ha formado a más de 1.000 profesionales del sector de la dependencia. Por este motivo, hemos querido aprovechar su experiencia para conocer en detalle el sector de la formación desde el ámbito de la intervención.
Como responsable de la certificación y homologación a los profesionales que realizan la Capacitación como Terapeutas Snoezelen, ¿qué diferencias percibes entre las formaciones que llevabas a cabo hace 10 años y las de ahora?
Básicamente, destacaría que, actualmente, el concepto Snoezelen y la importancia de la intervención sensorial se conoce entre la mayoría de profesionales del sector.
Hace 10 años no se conocía casi nada. Las formaciones se basaban más en argumentar y justificar en qué consistía el concepto Snoezelen. Actualmente, ya se conoce y las formaciones se centran más en concretar el cómo que en tener que argumentar el porqué.
¿Crees que los alumnos adquieren las herramientas necesarias a través de la Capacitación Snoezelen para poder hacer una intervención multisensorial en los centros?
No es que lo crea, sino que lo evidencio en cada formación. El último módulo de la formación, el que certifica al alumno, consiste en que el profesional presente un caso práctico con una persona concreta y plasme la intervención Snoezelen.
Es indescriptible, impresionante, el poder ver como el alumno concreta, tanto en el día a día de la persona (Snoezelen 24 horas) como en intervenciones específicas en Salas y entornos Snoezelen, la práctica, el Acompañamiento y, sobre todo, como se observan los cambios en la persona.
Estás inmersa en un proyecto muy interesante llamado HUMANITUDE. ¿Puedes contarnos un poco más sobre esta metodología/filosofía de cuidado?
Humanitude es una corriente teórica que se concreta con una intervención práctica destinada al “Buen Trato” a la persona con demencia y enfermedad de Alzheimer y, también, a cualquier persona en situación de fragilidad y/o vulnerabilidad (enfermedad mental, discapacidad intelectual, etc.).
Humanitude surge en Francia hace más de 40 años y, hoy en día, está generalizado en muchos países del mundo, por ejemplo, en Japón, donde forma parte del aprendizaje en universidades de medicina, enfermería, etc.; Singapur; Portugal; Estados Unidos y muchos países más. En España estamos comenzando y ya contamos con experiencias y resultados impresionantes.
Se trata de formar a todo el equipo humano de una institución en Humanitude, a nivel teórico, pero sobre todo en la intervención práctica. Se centra mucho en los cuidados (higiene, por ejemplo), situaciones en las que la persona suele presentar mayores dificultades.
Acompañamos a los cuidadores y equipos dando herramientas prácticas de aproximación y acompañamiento a la persona. Lo más destacable son los casos de recuperación de la esencia humana, con todo lo que este hecho implica para la persona y en su relación con los profesionales. Es una Intervención Centrada en la Relación, que va mucho más allá de la Atención Centrada en la Persona.
¿En qué tipo de organizaciones se podría implementar?
Se puede implementar en residencias, centros de día y servicios de atención a personas en situación de dependencia y fragilidad, como pueden ser personas mayores con demencias y enfermedad de Alzheimer.
También, para residencias y servicios que atienden a personas con discapacidad intelectual. En instituciones destinadas a personas con enfermedad mental es muy interesante y ofrece resultados muy positivos.
En definitiva, a instituciones (residenciales y diurnas) que atiendan a personas en situación de fragilidad, dependencia y vulnerabilidad.
Por otra parte, ¿cuáles crees que son los retos en el sector de la formación en la actualidad?
Entiendo que un reto importante es no perder nunca la perspectiva de la persona atendida en los servicios. Frecuentemente, nos centramos en los tiempos actuales y en las nuevas tecnologías, perdiendo de vista a la persona final, es decir, la persona que va a recibir la atención.
En segundo lugar, para mí, un reto importante son los profesionales. Es fundamental ofrecer acompañamiento a los profesionales que atienden a personas y formaciones que les den herramientas prácticas y concretas para mejorar su trabajo diario. Así como, ofrecer al cuidador evidencias de resultados concretos, pero centrándonos siempre en la humanidad.
Hoy en día, podemos entrar en formaciones muy específicas, muy innovadoras, pero que pierdan la perspectiva humana tanto del cuidador como de la persona cuidada.
¿Han cambiado las necesidades formativas del sector?
Yo creo que el sector de atención a las personas ha cambiado y ha de seguir cambiado el foco. Lo importante es entender que significa CUIDAR, más allá de una labor asistencial.
El sector necesita contenidos formativos encarados a la esencia humana, al bienestar, a los entornos, al acompañamiento. Estos contenidos han de ser la esencia en las formaciones, más que centrarse únicamente en el HACER, hay que centrarse en el SER.
¿Qué áreas formativas son las más demandadas actualmente en el sector sociosanitario?
Son muy solicitadas las formaciones centradas en la atención a las personas atendidas y en el bienestar emocional de los profesionales. En este sentido, tanto Snoezelen como Humanitude, tiene innombrables evidencias de buenos resultados en esta doble función.
¿Cómo podríamos mejorar las competencias de los profesionales para lograr que tengan una carrera profesional dentro de las entidades en las que trabajan?
Deberíamos centrados en ofrecer a los profesionales competencias personales, de buen trato. Ofrecerles tanto a nivel teórico como práctico (videos e intervención directa) en los cursos que muestren una manera humana de cómo tratar a las personas. Pero, concretando totalmente en los pilares relacionales.
Son ya muchísimos los estudios que nos ayudan en este sentido, concretando como poder ofrecer esta práctica que genere una relación diferente entre el profesional y el usuario.