La jornada «Envejecimiento y Discapacidad: Nuevas necesidades de apoyo y cuidados» ha constituido un espacio valiente de encuentro entre dos sectores que tradicionalmente han trabajado de forma separada: el ámbito de la discapacidad y el de personas mayores. Esta convergencia resulta hoy imprescindible ante una realidad demográfica inaplazable: las personas con discapacidad están envejeciendo, y este proceso plantea desafíos específicos que requieren respuestas innovadoras, coordinadas y centradas en sus derechos.
Durante cuatro horas intensas de trabajo, hemos escuchado las voces en primera persona de quienes viven esta realidad, las reflexiones técnicas de profesionales especializados, y las propuestas operativas de entidades de ambos sectores. El resultado es un documento vivo que traza líneas claras de acción para los próximos años en materia de cuidados dignos, profesionalización del sector y transformación de servicios.
Narrativas en voz propia: Los cuidados que queremos
La mesa «Narrativas en voz propia» ha supuesto el corazón de esta jornada. Pilar Franco de la Chica, del Centro La Yuca de APROMSI Jaén, junto a Inés Guajardo- Fajardo Caballos, psicóloga, y Rocío de los Reyes Machuca, responsable de CEDDD Andalucía, han trasladado con claridad meridiana qué necesitan y qué esperan las personas con discapacidad al envejecer.
Las personas con discapacidad nos han pedido algo tan simple como fundamental: que se les mire a los ojos y se les pregunte directamente «¿Y tú qué necesitas? ¿Qué quieres hacer?»
Este mensaje atraviesa toda la jornada como principio irrenunciable. Han reivindicado su derecho a tomar sus propias decisiones sin intermediarios innecesarios y a ser las verdaderas protagonistas de su propia vida.
Sus demandas se han centrado en cinco aspectos relevantes:
- Ser escuchadas de verdad, con tiempo, con presencia y con respeto. No se trata de consultas formales o superficiales, sino de una escucha activa que reconozca su capacidad de expresar necesidades, preferencias y deseos sobre su propia vida.
- Derecho a decidir, no solo sobre su día a día, sino sobre su proyecto de vida completo: sus rutinas, sus apoyos, su bienestar, sus relaciones y sus elecciones vitales. La capacidad de decisión no debe diluirse con la edad ni con las necesidades de apoyo.
- Trato humanizado, donde cada persona sea reconocida en su historia, su identidad, sus necesidades y sus ritmos propios. Envejecer con discapacidad no puede significar convertirse en un caso, un expediente o un perfil estandarizado de atención.
- Empatía genuina por parte de quienes acompañan, entendiendo que el envejecimiento con discapacidad plantea desafíos específicos, pero también muchas capacidades, deseos y preferencias que merecen ser explorados y respetados. La empatía implica ponerse en el lugar del otro sin prejuicios ni suposiciones.
- Continuidad de su proyecto personal, porque envejecer no significa renunciar a lo que les da sentido: sus relaciones, sus actividades, su comunidad, sus elecciones. Un servicio solo se convierte en «hogar» cuando respeta y promueve activamente esta continuidad vital, manteniendo los vínculos significativos y la participación en sus entornos elegidos.
El reto del envejecimiento en la discapacidad: Marco conceptual
Hemos contado con la aportación científica de Roberto Suárez Canal, neuropsicólogo, técnico asesor de la Confederación Andaluza de Alzheimer (ConFEAFA) y director de la Escuela Andaluza de Enfermedades Neurodegenerativas (EADEN), ha proporcionado el marco conceptual y científico necesario para comprender la complejidad y el “Reto del Envejecimiento en la Discapacidad”.
Su ponencia ha situado las bases neurobiológicas del envejecimiento en discapacidad, subrayando las particularidades de la doble dependencia que supone el envejecimiento prematuro en determinados colectivos, la complejidad del diagnóstico y las necesidades específicas de apoyo en fragilidad, y la importancia de comprender las conductas complejas desde un enfoque neurocognitivo.
Ha quedado patente que el envejecimiento en discapacidad no es simplemente una suma de dos condiciones, sino un fenómeno que requiere conocimiento especializado y abordajes específicos con un cambio de paradigma hacia la prevención de sus factores de riesgo.

Transformando los ecosistemas de apoyo: Desafíos y oportunidades para los centros y sus profesionales
La mesa “Transformando los Ecosistemas de Apoyo” moderada por Iolanda Cava, Responsable Técnica de Foro Técnico de Formación, ha reunido a profesionales de reconocido prestigio de ambos sectores para un diálogo que ha resultado revelador en su complementariedad.
Del ámbito de la discapacidad han participado:
- Encarnación Flores Moya, encargada de taller del Centro La Yuca de APROMSI (Jaén)
- Luis Arenas Bernal, director del Centro Integral de Recursos de Autismo Sevilla
- David Valenzuela, gerente de ASPACE Sevilla
- Juan Antonio González Aguilar, director técnico de Futuro Singular (Córdoba)
Del ámbito de personas mayores:
- Begoña Fernández Buitrón, responsable de Humanización y Operaciones Residenciales Centro Sur en DomusVi
- Yolanda Monteagudo, directora de Emera Macarena (Sevilla)
- Simón Pérez Mingorance, director de Comunicación y responsable de Atención a Familias de Grupo Reifs
Principales conclusiones de la mesa de profesionales:
- La convergencia entre ambos sectores es evidente y necesaria. Los profesionales han identificado que las necesidades en el ámbito de mayores y en el de discapacidad son muy parecidas cuando hablamos de personas con discapacidad que envejecen. Esta similitud abre una oportunidad extraordinaria de aprendizaje mutuo mediante el intercambio metodológico y el aprovechamiento de las fortalezas específicas de cada sector.
- La flexibilización de los apoyos emerge como principio rector. Los profesionales han coincidido en que es necesario tener en cuenta las necesidades de la persona en su conjunto, diseñando apoyos adaptados a cada realidad individual y evitando respuestas estandarizadas que no contemplen la diversidad.
- El enfoque de derechos debe guiar toda intervención. Más allá de los cuidados técnicos, el objetivo compartido de ambos sectores es acompañar a las personas para que tengan la vida que desean tener, garantizando que su proyecto vital no se diluya en los procesos de transición o cambio de servicio.
- Los protocolos de acogida deben ser personalizados y progresivos, deben poner en el centro a la persona garantizando la coordinación y transferencia de información vital entre servicios y manteniendo los vínculos significativos de cada persona.
- La transformación de espacios debe ir acompañada de cambio metodológico. Se han compartido experiencias concretas de cómo pequeños ajustes en accesibilidad, productos de apoyo específicos y tecnologías asistenciales pueden generar grandes impactos cuando se implementan desde un enfoque centrado en la persona.
Ejes transversales y propuestas específicas:
A lo largo de la jornada han emergido siete conclusiones que sintetizan los aprendizajes más valiosos y que marcan líneas claras de acción para el futuro:
Autodeterminación como principio irrenunciable
Las personas con discapacidad deben ser consultadas directamente sobre sus necesidades, preferencias y decisiones. Su derecho a la autodeterminación no disminuye con la edad y debe estar en el centro de cualquier modelo de cuidados.
Convergencia metodológica entre sectores
El ámbito de mayores y el de discapacidad comparten necesidades muy similares cuando hablamos de personas con discapacidad que envejecen. El intercambio metodológico y el aprovechamiento de las fortalezas de cada sector constituyen una oportunidad de oro para construir respuestas más integrales.
Flexibilización de apoyos centrada en la persona
Es imprescindible flexibilizar los apoyos teniendo en cuenta las necesidades de la persona en su conjunto y su plan individualizado, trabajando desde un enfoque de derechos y con el objetivo compartido de acompañar a las personas para que tengan la vida que desean tener.
Accesibilidad universal
El diseño universal y la accesibilidad no son añadidos opcionales, sino principios rectores que deben impregnar todos los espacios, servicios y recursos. La creación de contextos facilitadores que promuevan la autonomía resulta esencial para garantizar la calidad de vida.
Dignificación de la profesión del cuidado
Es urgente dignificar la profesión del cuidado mediante condiciones laborales que pongan en valor la relevancia del rol de apoyo en el sistema de cuidados, como guardianes de la mirada, del gesto y de la cotidianidad de las personas usuarias. Sin recursos económicos ni profesionales reconocidos, formados y en condiciones dignas, no habrá transformación posible.
Profesionalización técnica especializada
Se requiere la formación de equipos en competencias y habilidades técnicas específicas: cuidado en fragilidad, técnicas de apoyo en conductas complejas, y comprensión de las bases neurobiológicas del envejecimiento en discapacidad. Los profesionales de discapacidad necesitan formación en gerontología, y los profesionales de mayores deben conocer los apoyos específicos para cada tipo de discapacidad.
Coordinación intersectorial como necesidad estructural
Sin protocolos claros de coordinación entre servicios de discapacidad y de mayores, todos los esfuerzos anteriores serán insuficientes. Se requieren estructuras estables de coordinación que permitan escalar las buenas prácticas que ya están en marcha.
Reconocimiento a las entidades participantes
Esta jornada no habría sido posible sin el compromiso y la generosidad de las entidades que han participado activamente compartiendo su experiencia y conocimiento:
Al Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) en Andalucía, por su apoyo en la organización de este espacio necesario e ineludible.
A la Universidad CEU Fernando III, por acoger este encuentro y facilitar un espacio digno para el diálogo.
Del sector discapacidad: a CEDDD Andalucía, APROMSI Jaén, Autismo Sevilla, ASPACE Sevilla y Futuro Singular Córdoba han demostrado su liderazgo en la atención al envejecimiento de las personas con discapacidad.
Del sector mayores: a DomusVi, Emera Andalucía y Grupo Reifs han mostrado su apertura y capacidad de adaptación para incorporar los apoyos específicos que requieren las personas con discapacidad.
Todas ellas han aportado no solo su visión estratégica, sino ejemplos concretos y replicables de buenas prácticas que están transformando vidas.
Agradecimientos personales
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas e instituciones que han hecho posible esta jornada:
A las personas con discapacidad participantes, especialmente a Pilar Franco de la Chica, Inés Guajardo-Fajardo Caballos y Rocío de los Reyes Machuca, por su valentía y activismo al compartir sus vivencias, expectativas y reivindicaciones. Sus voces han sido la brújula moral de todo el encuentro.
A los ponentes y profesionales, por su generosidad al compartir conocimiento experto, experiencias prácticas y propuestas concretas: Roberto Suárez Canal, Encarnación Flores Moya, Luis Arenas Bernal, David Valenzuela, Juan Antonio González Aguilar, Begoña Fernández Buitrón, Yolanda Monteagudo y Simón Pérez Mingorance.
A las instituciones representadas en la apertura y clausura: Beatriz Hoster Cabo, vicerrectora de la Universidad CEU Fernando III y Pedro Calbó Roca, director general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía. Su presencia ratifica el compromiso institucional con esta agenda.
A nuestras compañeras de Foro Técnico de Formación: Carmen Almeida, Comercial de Proyectos en Andalucía por su excelente coordinación.
Y a Katia Lérida y Iolanda Cava, por su moderación activa en sus respectivas mesas que ha facilitado la escucha y el diálogo horizontal, sincero y honesto, facilitando la construcción colectiva de conocimiento.
Perspectivas de futuro
Esta jornada no es un punto de llegada, sino el inicio de un camino que debemos recorrer juntos. Las personas con discapacidad están envejeciendo, y lo están haciendo ahora. No podemos demorar más las respuestas.
Los insumos aportados en esta jornada nos dan un mensaje claro: tenemos el conocimiento, tenemos experiencias valiosas en marcha, y tenemos profesionales comprometidos. Lo que necesitamos ahora es sistematizar estas buenas prácticas, formar a los equipos en estas nuevas competencias, crear estructuras estables de coordinación intersectorial, y garantizar las condiciones laborales que dignifiquen el cuidado como profesión esencial.
Pero más allá de todo ello, necesitamos compromiso político, inversión en recursos, y sobre todo, voluntad de transformación real de nuestros sistemas de cuidados.
Las personas con discapacidad tienen derecho a envejecer con dignidad, en entornos que respeten su trayectoria vital y sus preferencias. Este es nuestro compromiso, y estas conclusiones son el primer paso de un trabajo que continuaremos desarrollando en red, entre sectores, y siempre con las personas en el centro de los apoyos.
Área Técnica | Foro Técnico de Formación Universidad CEU Fernando III
Sevilla, 18 de noviembre de 2025
